Veinte céntimos

Prólogo: antes de empezar a narrar la anécdota que he vivido hoy, quiero dejar claro que no trato con ello de dar ninguna lección ni vert...

El eclipse de Beethoven

Hoy, veinte de marzo de dos mil quince, he vivido un día multieclipsar, eclíptico, eclipsable. Eclipses provocados por varios factores, qu...

Breves apuntes sobre Febrero

(Ideas escritas en una servilleta de papel mientras hacía tiempo para que se abriesen las puertas del Auditorio Nacional, sentado en un ba...

Su primer rostro

Lo habitual, cuando escribo una nueva entrada en el blog, es que sea el cuerpo de texto lo primero en redactarse y corregirse; y como gui...

Partida de cartas en la farmacia

En España somos unos tristes; unos depresivos. Estiércol anímico, resumiéndolo. Y no lo digo por despecho ni por tener una mala noche, si...

La primera vez siempre escuece

La primera entrada de un blog siempre es la que más cuesta. Sí, es cierto; te pasas semanas pensando ideas geniales para comenzar, pero nu...